sábado, 29 de octubre de 2011

Palabras, palabras y más palabras...


Aparcar, ¿un anglicismo?

Por Arturo Ortega Morán
En México, y en otros países de América, los automóviles se estacionan mientras que, en España, se aparcan. Al verbo español, no le han faltado detractores; esto, por la extendida idea de que se trata de un anglicismo, derivado de to park. De esta opinión fue el maestro Lázaro Carreter, que en uno de sus dardos escribió:
No creo, por ejemplo, que fuera imposible, aunque sí larga tarea, ir eliminando del español de España los feos anglicismos aparcar, aparcamiento sustituyéndolos por estacionar y estacionamiento, normalmente preferidos en América, con lo cual, en ese punto, se suprimiría una innecesaria diferencia. http://www.cgcnet.org/nuestroidioma/hemeroteca/finalizar.html
De mis años de infancia, algunos los pasé en casa de mis abuelos, en un poblado del Estado de San Luis Potosí, en México. Mi abuelo tenía una tienda y muchos de sus clientes, eran personas rústicas que llegaban de los ranchos cercanos. A mí me gustaba estar ahí para escucharlos. Me intrigaba cuando decían: yo vide, ansina, mesmo, truje y que pidieran permiso a mi abuelo para aparcar a sus burros y mulas frente a la tienda. Por eso, cuando supe del uso de aparcar en España, me pareció extraño que se lo tomara por anglicismo.
Hurgando en la historia de este verbo, encontré que en latín existió la voz parricus, con el significado de «corral para guardar animales». En francés, la palabra se tornaría en parc (atestiguada desde 1160), al principio con el mismo significado latino; pero, luego, llegó a significar «bosque rodeado por una cerca, para fines recreativos y decorativos». Estos lugares, generalmente eran propiedad de la realeza y se ubicaban cerca de los castillos. Después, en 1616, parc aparece en el lenguaje militar, con el significado de «recinto donde se almacena el material de la artillería de un ejército en campaña».
Del francés parc, surgió la voz inglesa park, que en 1260, también significaba «corral para animales» y, para 1683, ya aparece en el lenguaje militar con la connotación de «recinto para guardar equipo militar». De ahí, nacería to park para indicar la acción de guardar cosas en el parque, y a mediados del siglo XIX, tomó la acepción de estacionar un vehículo.
En castellano, la voz francesa parc, se convirtió en parque (esto a fines del siglo XV). Para 1737, el Diccionario de Autoridades definía:
Parque: Bosque cerrado. Tómase frecuentemente por el que está cerca de los Palacios y Casas Reales. En la milicia se llama al sitio u parage donde se colocan las municiones de guerra en los acampamentos, y también aquel en el que se sitúan víveres y vivandéros.
Al igual que en el inglés, de la acción de guardar artefactos y vehículos en los parques, nacería en castellano, el verbo aparcar. Una de las acepciones que tomó, fue la de colocar a dos o más objetos alineados, pero viendo hacia el frente como seguro se organizaban las carretas al guardarlas en un parque, o, como colocaban a los burros frente a la tienda de mi abuelo. Hay evidencia antigua de este uso. En 1504, Gabriel Alonso de Herrera escribió Obra de Agricultura, que en un parte dice:
... de tal manera que se puedan bien juntar los sarmientos por junto onde nascen e igualarlos que estén bien juntos y aparcados, hiéndanlos por medio con tal que las yemas que quedaren queden sanas y sin lisión
Naturalmente, también aparcar tomó el significado de estacionar un vehículo. Este uso ya lo encontramos en Nociones del arte militar, que Francisco Villamartín, escribió en 1862:
... Para conseguir esto se necesita guardar el mayor misterio en la operación, ocultando el día, la hora, las tropas, el objeto, y el itinerario; sostener a todo trance y con rigor el orden y disciplina en los conductores y carreteros a fin de que sean exactos a las horas y listos a la carga y descarga, que marchen unidos y con la velocidad que se les exija, que aparquen según se mande...
Hemos demostrado que el verbo aparcar ya aparece en castellano desde principios del siglo XVI, y que no le pide nada en antigüedad al to park del inglés. La Real Academia Española, se tardó para incluirlo en el diccionario, porque lo hizo apenas en la edición de 1936. No obstante, podemos concluir que aparcar es voz de ascendencia latina, que llegó a nosotros a través del francés y que ha estado en el castellano por mucho tiempo. Hoy, en España, goza de muy buena salud por la cantidad de vehículos que a diario se tienen que aparcar.



eMITOlogías
Repite una mentira mil veces y la convertirás en verdad...
Emitología No. 1
PAPA es un acrónimo de "Pedro Apostol Pontífice Augustum"
La verdad:
Papa significa Padre, y es palabra que procede del griego "Pappos" (Gran Padre)
Emitología No. 2
A José le dicen Pepe porque, en la época medieval, para referirse a San José, abreviaban P.P. (Pater putativo). Lo de putativo no es porque le supieran algo; significa "adopitivo". De esta abreviación quedaría que a José, le dijeran Pepe.
La verdad:
El hipocorístico (nombre de cariño) Pepe, viene de que en antiguo, el nombre era Josepe y al ser pronunciado por un niño, no fue raro que dijera Pepe.
Emitología No. 3
A Francisco le dicen Paco porque, en antiguo, se escribía Phrancisco. Este nombre lo abreviaban "Phco". Después, para hacerlo pronunciable, se introdujo la "a". Así resultó Paco.

Phrancisco>Phco>Paco
La verdad:
Un pequeño Francisco, suele pronunciar su nombre como "Paquico". Por solidaridad y de cariño, sus padres así lo llamarían. Pero, al crecer, al muchacho ya no le haría gracia que lo llamaran con un nombre de niñito. Entonces, "Paquico" se transforma en "Paco". Compárese el caso de "Benito", que al crecer, solemos llamarlo "Beno".




  Imbécil, idiota y estúpido (con perdón)

  Es una curiosa etimología la de la palabra imbécil, que es una de las primeras que acude a la mente cuando de insultar se trata.

  Llegó a nosotros en el siglo XVII a través del francés imbécille, aunque viene de lejos. El significado de esta palabra ha variado a lo largo de la historia, pues en un principio los romanos llamaban imbéciles a las personas débiles y flojas que no se podían sostener sin la ayuda de un bastón, y lo decían sin ningún tinte peyorativo, sin ánimo de ofender a nadie. Se trataba de una afirmación o descripción y no de un insulto.

  La palabra imbecillis se formaba a partir de los términos latinos in (sobre, apoyado en) y bacillus (bastón, cayado) y definía al que no se sostenía por su propio pie, ya fuera por vejez, por enfermedad, por debilidad o por el motivo que fuera. Ocurre que el término sufrió una modificación semántica que nos llevó de la debilidad física a la debilidad mental, y de la falta de firmeza a la idiotez.

  En el Diccionario se puede leer: 1-alelado, escaso de razón, 2-(en desuso) flaco, débil.

 El término idiota es un término médico que expresa un retraso mental más grave que el término imbécil. Nos llegó en el siglo XII a través del francés idiot, como mera adaptación de la forma latina idiota (persona ignorante). Pero también recibió un significado adicional del griego idiotés (hombre de la calle, plebeyo, particular). Este significado de inexperto e ignorante tuvo cierta vigencia en la europa medieval, ya que en los monasterios se llamaba idiota al miembro de la comunidad que no dominaba el latín y lo hablaba deslizando errores; de ahí el término idiotismo que define el uso incorrecto de una lengua (por ejemplo: la expresión A pies juntillas es un idiotismo al no concordar en género).

  Otra voz habitual en el repertorio de insultos es estúpido. Este término proviene del sustantivo latino stupidus (sorprendido, asombrado, aturdido), derivado del verbo stupere (sorprenderse, asombrarse, aturdirse), que han dado lugar a palabras como estupor (asombro, pasmo) y estupendo (admirable, asombroso, pasmoso), estupefacto (atónito, pasmado) y estupefaciente (que causa pasmo, estupor).

  Y es precisamente el continuo aspecto de pasmo y asombro que tienen los necios y tontos de baba, lo que envileció el significado original durante el siglo XIX y lo cargó de aspectos negativos hasta llegar al significado actual.

 

 Tantanes 

Más tantanes como continuación a los aparecidos en el boletín n.º 76.

Era un hombre tan feo, tan feo, tan feo, que cuando murió tuvieron que recubrirlo de mortadela para que se lo comieran los gusanos.

Era un hombre tan bizco, tan bizco, tan bizco, que cuando lloraba las lágrimas le caían por la espalda.

Era un pueblo tan pobre, tan pobre, tan pobre, que en lugar de casas de putas tenía chozas de paja.

Era una mujer tan bajita, tan bajita, tan bajita, que no podía usar tampones porque se pisaba el hilo.

Era una mujer tan fea, tan fea, tan fea, que cuando nació, su madre no sabía si quedarse con ella o con la placenta.

Era un hombre tan viejo, tan viejo, tan viejo, que llegó a ver el arco iris en blanco y negro.

Era un hombre con un pene tan grande, tan grande, tan grande que tenía prepucio, pucio y pospucio.

Era un niño tan feo, tan feo, tan feo, que tenían que atarle un trozo de carne al cuello para que el perro jugara con él.

Era una mujer tan menuda, tan menuda, tan menuda, que en lugar de dar a luz sacaba chispas.

Era una mujer tan gorda, tan gorda, tan gorda, que cuando se caía de la cama lo hacía por los dos lados a la vez.

Era un bebé tan feo, tan feo, tan feo, que su madre no le daba de mamar porque lo quería sólo como amigo.

Era un hombre tan viejo, tan viejo, tan viejo, que cuando iba al colegio aún no habían clases de historia.

Era un hombre tan bajito, tan bajito, tan bajito, que cuando murió, en lugar de ir al Cielo fue al techo.

Era un hombre tan alto, tan alto, tan alto, que tropezó en un pueblo y fue a caer en otro.

Era un bebé tan feo, tan feo, tan feo, que cuando nació el doctor lo lanzó al aire y dijo: si vuela es murciélago.

Era un hombre tan viejo, tan viejo, tan viejo, que conoció al mar Muerto cuando todavía estaba enfermo.

 

  Hoy presentamos: Tapaculo 

¿Un calzón? ¿Unas bragas? Un(a) tanga no, desde luego, que no tapa nada, pero ¿de qué se trata?

  Pues no se trata de una sola "cosa", son varias las que reciben el nombre. Si consultamos el diccionario veremos:

  1-escaramujo (y su fruto)

2-(en Cádiz y en Cuba) pez de cuerpo casi plano parecido al lenguado

3-(en Chile) pájaro pequeño, de color terroso, con una gran mancha blanca en el pecho, que anida en cuevas abandonadas por algunos roedores

  Pero es la primera acepción la que parece más interesante. Consultemos ahora el término escaramujo.

  1-especie de rosal silvestre, con hojas algo agudas y sin vello, de tallo liso, con dos aguijones alternos, flores encarnadas y por fruto una baya aovada, carnosa, coronada de cortaduras, y de color rojo cuando está madura, que se usa en medicina.

2-fruto de este arbusto

3-percebe (crustáceo)

  En efecto, como nos lo aclara el propio diccionario, proviene de tapar y culo, en alusión a lo astringente del fruto.


  Acortamientos

  Llamamos abreviación a todo procedimiento que busca economizar tiempo y espacio en la representación gráfica de una palabra o expresión, mediante la supresión de letras o sílabas de su escritura completa. Existen distintos tipos de abreviaciones, dependiendo de cuál sea su método de formación, su ortografía y su modo de lectura; así, es necesario distinguir entre abreviaturas, acrónimos, siglas y símbolos.

  Pero existe otro tipo de abreviación que se caracteriza por su carácter espontáneo y por darse en el lenguaje oral. Generalmente se genera en el habla coloquial, en ámbitos juveniles o entornos familiares y no suelen verse en el lenguaje escrito hasta que no son generalmente aceptadas. Reciben el nombre de acortamientos léxicos o, simplemente, acortamientos.

  En los acortamientos se tiende a eliminar las sílabas finales de palabras que se sienten demasiado largas y cuyo uso frecuente hace que sea más cómodo mencionarlas abreviadamente. Por ejemplo: bici por bicicleta, depre por depresión, boli por bolígrafo, radio por radiodifusión, cole por colegio... También existen, aunque en menor número, casos de acortamiento por supresión de sílabas iniciales. Por ejemplo: bus por autobús, fago por bacteriófago...

 

La mayoría de los acortamientos suelen reducir a dos sílabas el cuerpo de las palabras abreviadas y en el caso de que la palabra tenga un prefijo, el acortamiento suele limitarse a éste. Por ejemplo: súper por supermercado, macro por macroinstrucción, tele por televisión...

  Los acortamientos suelen afectar normalmente a sustantivos, aunque también se encuentran ejemplos de adjetivos. Por ejemplo: ridi por ridículo, tranqui por tranquilo, porno por pornográfico... También se da en algunas locuciones. Por ejemplo: porfa, en lugar de por favor, finde por fin de semana...

Cuando estos acortamientos se generalizan, empiezan a utilizarse en la lengua escrita con fines literarios, publicitarios o estilísticos, y muchos de ellos, con el paso del tiempo, se despojan de su inicial carácter familiar o jergal y acaban desplazando en el uso general a las formas plenas. Esto ha ocurrido, por ejemplo, con: moto por motocicleta, metro por metropolitano, cine por cinematógrafo, taxi por taxímetro... Y en tales casos, el uso de la forma completa puede sentirse como una utilización afectada del lenguaje.

  Los acortamientos son también el principal mecanismo de la formación de hipocorísticos, que son los nombres abreviados o deformados que se usan como designaciones afectivas o familiares. Por ejemplo: Montse por Montserrat, Javi por Javier, Marga por Margarita, Pili por Pilar, Mila por Milagros, Nando por Fernando, Tino por Constantino...

 

  Nombres chuscos

Ya se ha hablado del calambur en otras ocasiones. Baste ahora recordar que en este juego de palabras se trata de agrupar las sílabas de una frase de una manera ficticia para lograr un resultado sorprendente. Entre sus muchas aplicaciones destaca los nombres en broma, esas imposibles combinaciones de nombres y apellidos como las de Armando Bronca Segura o Dolores Fuertes que se casó con el señor Barriga y se le conoció por Dolores Fuertes de Barriga

Las más de las veces se nos presentan como una relación seria. ¡Oye, te juro que es verdad! Mi padre tuvo un amigo que se llamaba así. Otras como una simple broma. Si hay un Plácido Domingo, ¿por qué no va a haber un Jodido Lunes? De cualquier manera tienen su miga, ya sea como ejercicio lúdico o como jugarreta del destino.

Alberto Ramírez nos envía una larga lista. Gracias, Alberto. A continuación una selección: 

 Antonio Barriga Suelta
Margarita Flores del Campo
Emiliano Salido del Pozo
José Luis Lamata Feliz
Evaristo Piernabierta Zas
Ramona Ponte Alegre
Pedro Trabajo Cumplido
Maribel Macía Pajas
Eva Fina Segura
Juan Conesa Cara
Tomás Turbado Feliz
Elena Nito del Bosque
Fidel Gado Seco
Mari Conato Dasoras
Pedro Gadicto Coca
Armando Esteban Quito Chico
Alberto Carlos Huevos Grandes
Deborah Dora de Hombres
Edgar Gajo Guarro
Erika Galindo
Alma Marcela Silva
Benito Camelas Pelotas
Máximo Placer Atope (y su hermana Daría)
Estela Garto Verde
Marco Nuevo Pintado
Nieves del Monte Serrano
Pedro Medario Camello
Aquiles Pinto Flores
Paco Jones Menda
Lina Valla Zorrilla

Por supuesto, todos son nombres reales y tengo la relación de sus respectivos pasaportes. (Y si cuela, cuela).




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